Elena Poniatowska gana el premio Cervantes, la máxima distinción de la literatura en español.
La autora mejicana de 81 años y autora entre otras obras de "La noche de Tlateloco" es la cuarta mejor en recibir este prestigioso galardón, tras ana María Matute, Dulce María Loynaz y como no la escritora y filóofa malagueña María Zambrano.
Nacida en París el 19 de mayo de 1932, descendiente del último rey de
 Polonia, emigró a México a los 
nueve años junto a su madre huyendo de la invasión nazi en Francia. La Segunda Guerra Mundial desvío su biografía
 y le enseñó la importancia del compromiso: su padre luchaba en el 
ejército francés y participó en el desembarco de Normandía. Un espíritu 
combativo que Poniatowska heredó a través de su escritura y compromiso 
personal.
Formada entre EE.UU y México, el periodismo fue su 
puerta hacia la escritura que siempre ha alternado con la ficción. 
Defensora de causas sociales, testigo de los principales acontecimientos
 de la historia mexicana en el siglo XX, ha tocado casi todos los 
géneros: novela, cuento, poesía, ensayo, crónica, entrevista., incluso 
la literatura infantil. Su obra ha sido traducida a una decena de 
idiomas y figura en importantes antologías
.
El Premio Cervantes se suma al Alfaguara de novela (2001), El Rómulo Gallegos (2007) o el Biblioteca Breve de 2011. Además, en 2004 fue condecorada con la Legión de Honor del Gobierno de Francia.
 Es una de los intelectuales más influyentes de México. Desde las crónicas de la matanza estudiantil del 2 de octubre de 2008, 
pasando por el terremoto de 1985 en Ciudad de México, o hasta el 
conflicto armado de Chiapas en 1994, y en general sus trabajos periodísticos reflejan su 
ideología de izquierdas y su defensa de los los derechos humanos.  (Fuente web RTVE)
Os dejamos con uno de sus últimos artículos publicado en el diario El País con motivo de la reciente muerte de la Premio Nobel de Literatura Doris Lessing:
Brindo por Doris Lessing
" Levanto una taza de te en honor de Doris Lessing y recuerdo la 
severidad de su rostro (y el peinado de raya en medio y cabello pegado 
al cráneo que conservó toda la vida) en la desangelada comida que le 
ofreció la SOGEM de los escritores en que José María Fernández Unsáin, 
director de la misma, no supo ni presentarla. Más que a comer con 
escritores habríamos acertado al invitarla con los mexicanos más pobres,
 los prietitos, los inocentes, los iletrados, los insulares que le 
recordaran a sus conocidos en la granja de Rodesia, África.
Recuerdo que cuando obtuvo el Nobel en 2007 dijo al descender del 
taxi de regreso a su casa "I couldn’t care less". También a la austriaca
 Elfriede Jellinek, tres años antes, el premio la puso de mal humor y 
ninguna de las dos fue a recibirlo. El Cuaderno Dorado, biblia 
política de feministas publicada en 1962 fue una puerta abierta para las
 mujeres quienes a partir de ella se manifestaron en contra del racismo,
 el sexismo y sobre todo se inclinaron por todo lo que no tuviera que 
ver con la vieja Europa y su rancio puritanismo. A pesar de que la 
propia Doris Lessing siempre fue una buena terrorista, el comunismo la 
dejó escéptica, sus dos hijos de un primer matrimonio se quedaron en 
África y el último, enfermo, la hizo declarar que le salvó la vida 
porque se dedicó no sólo a si misma sino a él.
Brindo por Doris Lessing en medio del bullicio callejero de México, 
el de los olores y sabores, el de los gritos en la plaza, el de los que 
no toman te a las cinco de la tarde ni miran a los demás desde la altura
 de su taza".
Os dejamos con alguna de sus frases:
"Los grandes personajes o las grandes 
personalidades han disminuido... quién sabe por qué. Hay gente como 
Madonna o Lady Gaga, pero se limitan a la escena y los gestos 
corporales, no sé cuáles son sus ideas a cerca de nada. De Madonna sé 
que le interesa la pintura, que compra muchos cuadros de Frida Kahlo, 
pero no sé qué compra Lady Gaga salvo biquinis. Siento que la 
creatividad se ha agotado, se ha ido adelgazando muchísimo y no sé hacia
 donde vamos, no sé quién va a renovar todo esto"
"Las mujeres son las grandes olvidadas de la historia. Los libros son la mejor forma de rendirles homenaje".






