El 28 de Julio de 2014 se cumplieron cien años del comienzo de la Primera Guerra Mundial, también conocida como "La Gran Guerra". Fue este un conflicto que tuvo enormes consecuencias para la sociedad de su época y que marcó un antes y un después en la Historia de la humanidad.
La chispa que prendió el fuego de la guerra fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria, heredero del trono del Imperio Austro-Húngaro, el 28 de Junio de 1914 en Sarajevo.
Este acontecimiento está generando una abundante producción editorial. A las librerías han llegado los primeros títulos, como 1914-1918. La historia de la Primera Guerra Mundial , de David Stevenson, 1914. El año de la catástrofe , de Max Hastings o La Gran Guerra. La Primera Guerra Mundial al descubierto , del Canal Historia. Se están publicando nuevas obras como La Gran Guerra (Crítica), de Peter Hart o La Primera Guerra Mundial contada para escépticos (Planeta), firmada por Juan Eslava Galán. También se reeditan libros como Crónica de la Guerra Europea 1914-1918 (La Esfera), de Blasco Ibáñez. Galaxia Gutenberg publica España en la Gran Guerra , escrita por Fernando García Sanz, quien resalta la relevancia de la participación de España en una contienda que, según el historiador Julián Casanova, «casi todos los países participantes calcularon que iba a ser breve».
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Y aquí tenéis unas interesantes recomendaciones de lectura.
Os dejamos con un célebre fragmento de una de las obras más conocidas inspiradas en este dramático momento de la historia de la Humanidad, " Sin novedad en el frente" de Erich María Remarque:
"Soy joven, tengo veinte años, pero no conozco de la vida más que la desesperación, el miedo, la muerte y el tránsito de una existencia llena de la más absurda superficialidad a un abismo de dolor. Veo a los pueblos lanzarse unos contra otros y matarse sin rechistar, ignorantes, enloquecidos, dóciles, inocentes. Veo a los más ilustres cerebros del mundo inventar armas y frases para hacer posible todo eso durante más tiempo y con más refinamiento. .
(...) El desasosiego se convertía en irrremediable herida y la masacre de las trincheras se transformaba en masacre de las conciencias. "
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